IX. La Seduccion de Bolivar

Ciclo: Mujeres en las Artes
La Seducción Artística Femenina: Manuelita Sáenz
La Seducción de Bolívar

‘Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tome la corona de rosas y ramitas de laureles y la arroje para que cayera al frente del caballo de S.E, Simón Bolívar: pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casca, justo en el pecho de S. E.’

Manuela Sáenz Thorne

Empezó entonces la seducción de Bolívar por Manuelita como le decían sus amigos y amigas. Su Excelencia Simón Bolívar, caballero educado en América y Europa, hijo del enciclopedismo y del Caribe, y como Julio Cesar y Alejandro el Grande, amante de las letras, la música, sensible, sensitivo y jocoso, nuestro rey guerrero libertador, amo a Manuelito pero no la venció.

‘Me ruborice de la vergüenza, pues el Libertador alzo su mirada y me descubrió aun con los brazos estirados en tal acto; per S.E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano.’

Manuela Sáenz Thorne

En esta tercera edición del Ciclo Mujeres en las Artes, veremos cómo Manuela Sáenz intriga y se conquista a Simón Bolívar. Anteriormente nos sumergimos dentro del carácter de Alma Schindler, vimos como Cleopatra conquisto a Egipto y a Julio Cesar, gozamos con los cuentos de Ninon d’Lenclos y ahora en nuestra tierra, Manuelita y la seducción de Simón Bolívar.

Mrs. Thorne, una inglesa asesora de un rico comerciante en Lima y el libertador se conocieron, bailaron galanteándose y perteneciéndose como Cleopatra y Julio Cesar, la misma noche de gala que se conocieron. ‘Quien es Mrs. Thorne … y cómo es que habla usted tan bien el español?’ se preguntaba Bolívar. Mrs. Thorne o Manuelita Sáenz Thorne era una quiteña hija de María Joaquina de Aizpuru y Simón Sáenz Vergara. Su madre murió al su nacimiento y nuestra protagonista dulcemente queda en manos de su madre adoptiva de familia noble colombiana, Juana del Campo y Larrondo. Desde esa noche memorable en Lima, Manuelita y Simón Bolívar quedaron ligados de por vida.

El joven Bolívar, delgado, esbelto, temprana edad mostrando cierta indisposición física, contrajo matrimonio primera y única vez a los diez y siete años con la española María Teresa del Rodríguez del Toro y Alaiza. Sus familiares contaron mucho sobre el romance poético y sensible de estos jóvenes ‘mantuanos’. Conocedor profundo de las obras de Voltaire, Aristóteles, Alejandro el Grande y admirador de Napoleón, este apasionado libertador se dedico a propagar la liberación de América desde Caracas.

Como el padre de Mme. d’Lenclos, Simón Sáenz veneraba a Manuelita por su energía, intuición y locuacidad. Teniendo en mente mejorar su educación y comportamiento, ‘su padre héroe ’la envía al convento de Sta. Catalina en donde aprende idiomas, algo que la ayudo mucho durante la guerra; el clavicémbalo, el cual utilizo como preámbulo en sus grandes fiestas; y la danza, al mucho pesar de las monjas (sus compañeras decían que era excepcional). Con lo que no conto Don Simón Sáenz fue su expulsión por la difusión de su primer romance durante su estadía.

También como Ninon d’Lenclos, Manuelita define el matrimonio como servidumbre y esclavitud forzada. Su padre la hace casar, ella hace su propia vida, convence a su medio hermano de esposar la liberación americana con ella y se vuelve espía de la rebelión en contra la voluntad de su padre. Al nuestra protagonista enterarse de que su ‘héroe’ Simón Bolívar, entraría después de arrasar en batalla a los reales y en procesión triunfal, ella planea su encuentro con su hombre.

El romance y la batalla se asemejan. Las pasiones alborotadas y los encuentros combativos tienen el efecto de centrarnos en el momento con toda la concentración de nuestros siete sentidos. En el caso de no centrarnos en ambas ocasiones dejamos de existir. En ambas ocasiones, en la guerra y la seducción, como decía Manuelita, hay ser determinados, imprevisibles y bien planear. Nunca y jamás revelar las intenciones y siempre

Operar en silencio y en misterio. Manuelita sabía leer el carácter de las personas y en mas que una ocasión le salvo la vida al Libertador entonces ‘la rebelión’. En guerra, nuestra protagonista fue amante, mantuvo a Bolívar en forma combativa, durante su separación se escribieron notas invaluables las cuales tenemos, y ambos amantes de la música y la danza viajaban con las partituras y los instrumentos musicales para siempre estar listos para la celebración y bailar- algo muy Caribe.

Con su cultura Caribe, Bolívar conquisto libero y sobrepaso los increíbles obstáculos que presento la guerra contra España pero no pudo con su Manuelita. El liberador y Manuelita celebraban con café, coñac y ambos

Amaban los buenos cigarros.

La verdad es que ‘sepa usted que nunca conocía a Manuela: en verdad nunca termine por conocerla. Ella es tan tan sorprendente! Carajo, yo siempre tan pendenjo! Vio Ustd. Ella estuvo muy cerca, y yo la alejaba, pero cuando la necesitaba siempre estaba allí. Cobijo de mis temores…..

Cartas de Simón Bolívar

Roberto McCausland D.

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